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Representación y pensamiento en la arquitectura de Enric Miralles



Enric Miralles fue un arquitecto español. Ganó varios premios, como el Premio Nacional de Arquitectura en 1995. También fue el creador de espacios tan dispares como el cementerio de Igualada, la sede del circuito de lectores de Madrid, el Pabellón de Gimnasia de Alicante o casas en Holanda. En 1998 ganó el concurso internacional para construir la sede del nuevo Parlamento escocés. Sus obras se caracterizan por su talento plástico y por su armonización con el entorno. Entre sus mejores obras que no llegó a ver construidas se encuentran: el Parlamento escocés, el Ayuntamiento de Utrech, el rascacielos que serviría de sede para, Gas Natural y la reconversión del mercado de Santa Caterina, ambos en Barcelona. En su trayectoria figuran desde colegios, centros cívicos, pabellones deportivos y viviendas hasta restauraciones, intervenciones urbanísticas o creaciones efímeras. La arquitectura de Miralles se caracteriza por tener un encanto que lo hace único. No solo los métodos de pensamiento que tenía, sino que también su método de representación hacen de Enric Miralles un arquitecto contemporáneo.

La arquitectura de Miralles se caracteriza por tener un encanto que lo hace único. En la referencia electrónica se mencionó que los proyectos en los que Miralles trabajó entre 1974 y 1983 se pueden dividir de forma sencilla en dos grandes grupos: edificios, proyectos arquitectónicos en el sentido más disciplinar del término, y propuestas de paisaje urbano como plazas e intervenciones en entornos periféricos, donde los arquitectos van a desarrollar una progresiva personalización de las convenciones del sistema diédrico, creando estructuras gráficas que serían esenciales en la carrera posterior de Miralles. Este buscaba una arquitectura que se explicara a sí misma a través de sus propios mecanismos gráficos, que no necesita del contexto para sustentarse. Mediante: la descontextualización de un objeto desde la planta de conjunto y definición en un plano autónomo, la construcción de un entorno envolvente, mediante abatimientos y superposiciones simultáneos en los que alzados y secciones se orientan desde la geometría de la planta y multiescalaridad, convivencia de múltiples escalas en un mismo plano, integrando en un único documento el objeto y sus detalles constructivos. Miralles en sus inicios había entrado como colaborador hasta convertirse en arquitecto coautor de algunas de las propuestas más programáticas del estudio, quien mejor sabría leer las posibilidades de este método gráfico como herramienta de pensamiento aplicable no sólo a plazas o intervenciones de paisaje, sino a edificios mismos, para proyectar una arquitectura hecha a base de fragmentos de espacio, aparentemente inconexos y autónomos en su visión separada, pero de encaje perfecto en su visión de conjunto.

No solo los métodos de pensamiento que tenía, sino que también su método de representación hacen de Enric Miralles un arquitecto contemporáneo. Según la referencia, resulta imposible disociar la evolución de la arquitectura de Enric Miralles del desarrollo de un sistema de representación propio. Partiendo de una posición heredada de su formación en la Escuela de Arquitectura de Barcelona y de su práctica en Viaplana-Piñón, donde adquiere el gusto por la precisión en el dibujo técnico, la delineación en papel vegetal o el grafismo constituido exclusivamente por líneas del mismo grosor, Miralles pronto evoluciona hacia un método caracterizado por un personal uso del sistema diédrico, vinculado a una concepción fragmentaria de la planta de arquitectura y del espacio mismo. Esta tesis estudia el origen y evolución del sistema de representación de Enric Miralles, definido como “planta Miralles” por la especial importancia que el proyectar desde la planta tiene en su redefinición del uso del diédrico y el entendimiento del espacio mismo, algo que afecta por igual a la representación en planos y maquetas y a la obra construida. La representación entendida por tanto no como mecanismo finalista de comunicación o presentación gráfica, sino como práctica arquitectónica en sí misma, lugar donde el pensamiento proyectual se produce, en una posición compartida con la redefinición que críticos autorizados han elaborado al respecto en las últimas décadas. La disposición programática en planta es fundamental en arquitectura. Miralles extiende la instrumentalidad de esta técnica compositiva y la aplica al pensamiento del espacio mismo, concibiendo la arquitectura como una suma de lugares con lógica propia dentro del conjunto. El criterio de fragmentación lo produce mediante la geometría en planta, identificando formas con usos y asignando a cada uno de los programas de un proyecto una huella característica y única dentro del conjunto. La geometría en planta se convierte por tanto en un tipo arquitectónico personal en esta arquitectura. Miralles querría que su arquitectura fuera extensiva, que no terminara nunca, fundiéndose con el paisaje y con el entorno urbano. Miralles siempre dibujó a mano, empezando desde pequeños croquis para luego pasar al dibujo técnico. Es importante subrayar que cuando se produce la transición al ordenador Miralles sigue definiendo con precisión la geometría de los proyectos, mediante unos planos técnicos de una belleza extraordinaria, como paso previo a la delineación en soporte informático. Miralles dibuja sobre papel vegetal, calcando, trabajando siempre “sobre algo”. Miralles dibuja en repetición, un concepto al que se refiere de manera recurrente en su tesis doctoral, y que le permite difuminar las condiciones de partida de cualquier sitio para avanzar hacia estructuras formales propias. Miralles no entiende la repetición como réplica, sino como actualización sucesiva en la que cada iteración incorpora diferencias operativas. Las cualidades descritas para Igualada se observan en muchos proyectos de toda la obra de Enric Miralles, sometidas a una particular evolución en el tiempo, pero siempre partiendo de la fragmentación de la planta como mecanismo para componer por piezas morfológicamente diferenciadas. La planta Miralles es un método de representación que procede del sistema diédrico, pero en él las tres proyecciones ortogonales no tienen la misma jerarquía: una única planta se fragmenta y combina con una serie de planos independientes construidos sobre estos fragmentos, generándose una estructura de representación y pensamiento en dos jerarquías de planta.

Enric Miralles nos demuestra nuevamente nuevas maneras de hacer arquitectura. Como se mencionó anteriormente, este arquitecto hace constantemente referencia al tiempo, y es un elemento que se muestra presente en todas las fases de su trabajos. Sin embargo, como pudimos ver, Enric Miralles disfrutaba del trabajo manual, así como Gaudi. La diferencia entre estos dos arquitectos recae sobre la época en que estuvieron activos, y desde luego, la manera en que trabajaban. Pero desde luego que tienen ese elemento en común. También en algún momento se mencionó en la referencia que el arquitecto español Enric Miralles tomaba lo mejor del pasado y juntaba con ideas nuevas y esa características lo hace ser un arquitecto contemporáneo.



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