(Junto a Naomi Romero)
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El arte de lo inacabado es aquel que muestra todas las imperfecciones del proceso artístico. Estas imperfecciones son realizadas en ciertas situaciones de manera intencional, resaltando las mejores partes de un proyecto. Lo inacabado se puede realizar de distintas maneras, incluyendo componentes bidimensionales, esculturas, ideas y recursos artísticos, urbanismo, materialidad, obras musicales, entre varias otras. El arte de lo inacabado muestra la importancia de desarrollar un proyecto mediante el proceso, reaccionando de forma positiva y efectiva a los conflictos que puedan suceder en el transcurso. No siempre una estructura debe mostrarse perfecta, sino que debe reflejar todo lo contrario.
“Unidad frente a tipo: La casa Goldenberg de Louis Kahn y la casa de la playa de Robert Venturi” es un texto donde se contrasta el lenguaje y tipos arquitectónicos utilizados en ambos proyectos. El proyecto de Kahn utiliza un esquema tipológico introvertido a una geometría disgregadora, a una estructuración formal y a una organización funcional. Mientras que la casa de la playa es una unidad que no está basada en la adscripción a un tipo canónico, ni en el uso de un lenguaje uniforme, ni en la fusión de los componentes en una unidad indiferenciada. Es una unidad que resultó de la interacción de un conjunto de elementos definidos y de una serie de relaciones que se establecen entre ellos. Ambos proyectos tienen parecidos tipológicos pero también plasman una ruptura en su esquema.
La imperfección es un tema con gran discusión en el mundo del arte, incluyendo la escultura, la pintura, la música y por supuesto la arquitectura. Ahora bien, la imperfección en las obras, especialmente en las musicales se cataloga como una improvisación, una reacción positiva a un error ocurrido. Se puede incluso decir que la imperfección en sí ha llegado hoy a considerarse como un nuevo estilo de perfección. Esta misma teoría se ve aplicada en las demás ramas del arte, curiosamente un símil que puede parecer lejano y no es usualmente invocado es el de la música y la arquitectura. La relación puede ser mucho más clara de lo que se aparenta, puesto que ambas doctrinas se basan en el diseño de una composición para la creación de una pieza artística conductora de una idea. La búsqueda constante de problemas con el fin de proveer soluciones es hoy un estilo de diseño que brinda un nuevo alcance al mundo del arte. La composición tanto musical como arquitectónica va estrechamente conectada con la improvisación, la necesidad imperativa de brindar una solución a un conflicto. En el mundo de la música Busoni, (compositor) acude a una imperfección humanista enfocada en la solución formando un performance, un estilo que representa al autor de la pieza. Mientras que Schoenberg, también compositor, utiliza el perfeccionismo del trabajo para la creación de una composición abstracta estructurada. Así demostrando los nuevos espectros que la imperfección ha descubierto.
El arte de lo inacabado radica en la libertad del artista o el arquitecto. La obra concluye cuando el arquitecto lo indica y su valor se manifiesta a través del proceso de realizar dicha obra. El proceso es inseparable del resultado, sin importar cómo sea este. La imperfección es un símbolo de individualidad, es una simbiosis entre el proceso, el usuario, el espacio y el arquitecto o el artista. Lo inacabado fácilmente se puede interpretar como descuido o desenfado, pero también puede ser naturalidad, facilidad y espontaneidad. El que un artista decida dejar sus obras inacabadas es una demostración de autoría. Mediante estas decisiones se puede reconocer y atribuir las intenciones del autor de una obra. Utilizar la imperfección y lo inacabado en una obra arquitectónica es una invitación a reinterpretar, innovar o canalizar una intención, estilo o firma arquitectónica.
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